Con un solo single en la calle, “Jezebel”, una canción popularizada en la década de
los 50 del pasado siglo por Édith Piaf, esta londinense ya recibía los halagos de Brian
Eno (dijo sobre ella en una entrevista que era “la cosa más grande desde Patti Smith”,
palabras mayores) y giraba con Grinderman. Tambien había captado la atención de Bill
Ryder-Jones, el guitarrista principal de The Coral, que insistió al prestigioso sello Domino
para que la ficharan. Lo hicieron. Poco después llegó su debut largo homónimo, cuya
convulsión interna, de una intensidad chamánica, sedujo tanto a la BBC que la situó como
una de las referencias de 2011. La recepción general (ver extractos de críticas a esa obra
más abajo) fue más que positiva. Antes, en 2009, había colgado en YouTube versiones
suyas de Elvis Presley, David Bowie, Leonard Cohen y TV On The Radio que ya habían
hecho su buen ruido. Tanto que las comparaciones con PJ Harvey -”la nueva PJ Harvey”
fue el alias generalizado que empezó a correr como la pólvora, y así se ha quedado- le
cayeron entonces y siguieron cayéndole más tarde, a lo largo de todo el año y medio que
tardó en poner su primer álbum en la calle. Cuando lo presentó en el festival del Día de la
Música de 2011 en Madrid (y luego, aquel septiembre, en Durango, Barcelona y Valencia)
confirmó que no era flor de un día ni producto de pose y manufactura: había madera de
diva en ciernes. En octubre volverá a la carga con su segundo disco, uno de los que con
más expectación se esperan en el último trimestre de 2013, que nos vendrá a presentar.
“Tanto si aulla siniestramente sobre una pulsión rítmica lenta o cabalga salvaje sobre un
riff, la presencia sensual de Calvi aporta una muy necesaria dosis de calor sexual al tibio
panorama del rock'n'roll actual” (Now)
“Esta debutante de sangre italiana rockea muy apasionadamente” (Mojo)
“Es desafiantemente misteriosa, como si perteneciera a la medianoche, y pertenece a la
periferia del pop, atrayéndonos pícaramente para que dejemos atrás todo lo mundano”
(PopMatters)