Julián Méndez ha encontrado en Checopolaco al personaje perfecto para protagonizar un nuevo capítulo de su biografía, la de un precoz y astuto músico, cantante delicado y burlón cuyo pasado reciente se asocia al de dos de las bandas más significativas de la escena nacional: Lori Meyers y Los Planetas. Reclamando ahora un espacio propio desde el que arrojar al mundo su talento a la hora de crear espléndidas canciones.
Tras su estreno con “Un disco de folk podrido”, Checopolaco regresa con un disco homónimo que comienza presentando, con “las fuerzas y la rebelión de los que estamos perdidos”, al beligerante batallón que le secunda en la ejecución de nueve canciones que, en la búsqueda de la identidad propia, rebuscan en la historia del pop con excelente olfato y sorprendente habilidad y extraen de los más brillantes de sus antecesores, desde Buddy Holly a The Strokes, las enseñanzas necesarias para transitar despreocupadamente por los intrincados caminos de la música popular contemporánea.
En perfecto equilibrio, salpicando de arreglos preciosistas sus sencillas historias de amor, sus canciones se convierten en hits incontestables: enérgicos. como “Laura Taylor”, socarrones como “Diadema”; apacibles, como “Como un Ángel”, conmovedores, como la quebradiza “No Tan Frío Invierno”; o pegadizos y únicos, como “El Batallón” y “Verte Al Norte”. Checopolaco buscaba una historia que contar y Julián Méndez acaba de escribir una perfecta para él.
LOS MISILES, BIEENN!! (El Volcán Música 2014)
Desde la indiferencia, la pasividad y el aturdimiento hasta el final absoluto hay un corto trayecto que no puede ser desandado. Checopolaco se niega a recorrerlo y tampoco está dispuesto a quedarse parado mirando como los demás se dejan mansamente dirigir a través de él, así que, justo dos años después de la publicación de su brillante LP homónimo, regresa a la primera línea de combate con un single reactivo, una nueva llamada a la acción, al compromiso, a despertar del sueño dogmático.
Si en su anterior entrega el preciosismo y la socarronería predominaban en el tratamiento del sonido y los textos, en Los misiles/bieenn!! la crudeza se apodera de ambos frentes. Los misiles, un enérgico toque a rebato que evoca a los mejores Swervedriver y a Kurt Vile, es una invitación de Julián Méndez a reclamar antes de que sea demasiado tarde nuestro derecho de amar, de vivir en paz, en la que se muestra dispuesto a hacer el trabajo sucio por nosotros (“ya les enseño yo los misiles”, proclama). Bieen!!, la banda sonora del día después según Checopolaco, es una coda instrumental perfecta que encierra toda la delicadeza, el humor y la firmeza de las convicciones de su autor que, en esta nueva propuesta, saca los dientes y después nos guiña un ojo y nos recuerda que todavía sigue aquí, acariciando el piano con una mano y con la otra cerca, muy cerca, del botón rojo.